dilluns, 9 de juliol del 2012

Capitulo 3 (1950)


1950.

Eso sí que era amor. Se querían. Y no había nada que hacer. Lo mejor sería olvidarme de él. Al menos por el instante. Sentía algo por mí, pero amor no era, eso él lo tenía claro, mucho. Fui caminando hacía casa. No tenía ganas de hacer nada. Estaba triste. De repente me volvió a la mente. Ese libro viejo que había encontrado. ¿En qué consistía? Empecé a correr, apresuradamente. Tenía realmente curiosidad para saber, en qué consistía, el libro. Y ¿Por qué lo había encontrado? Llegué a casa. Me paro justo delante de la puerta. Busco las llaves. Abro la puerta. Subo las escaleras. Solo vivo con mi hermano y mi hermana, mi madre murió hará cosa de dos años. Condenada. La llamaban bruja, y por ese motivo la condenaron a la hoguera. Esto me ayuda a estar aún más triste. Pero el libro que encontré me motiva, mucho. Me dan ganas de querer saber más, mucho más, de entenderlo. Así que subo las escaleras. Y justo delante de la mesa, me paró. Allí esta el libro. De una cubierta, marrón oscuro. Viejo, sobretodo viejo. Tiene como una cinta roja, que lo envuelve, es bonito. Pero parece muy delicado. Las hojas tienen ya ese color amarillento. Por lo cual, eso indica aún más que es viejo. Me gusta la olor que desprende. Es agradable. Es muy gordo. Y las escrituras son todas escritas a pluma, y con una caligrafía casi perfecta. Me encanta. Me propongo a leer la primera página. Hay un libro familiar hay muchos nombres. Incluso el mío. ¿Qué es esto? Mi madre también está. Es curioso. Es nuestra familia. ¿Cómo es posible? Yo tendré una hija. Y ella a dos más. Pero una de ellas, esta remarcada muchas veces. Se llamará Ana. ¿Quién es Ana? ¿Por qué está subrayada tantas veces? Parece algo importante. Leo abajo del todo. Hay muchas frases, con diferentes  caligrafías, y todas dicen algo, sobre Ana. Algunas por ejemplo, son:

-       Cuidado con Ana.
-       Ana, es valiosa.
-       Atención, cuidad a Ana.
-       Vigiladla, corre peligro.
-       Ana, será la única. Se ha de mantener con vida.

Basta. Ana será mi nieta. Y todo esto dice que la tenemos que proteger, ¿por qué? Tengo que ir rápidamente a casa de Pilar. Ella se pondrá en contacto con mi madre, podré hablar con ella. Y preguntarle, sobre el libro, y también sobre Ana. Ahora tenemos que ir con cuidado. En el pueblo, se han cabreado, y están matando a todas las brujas. A mi me hicieron unas preguntas, para saber si era bruja, lo supe disimular suficientemente bien, por qué no sospecharon. A Pilar, le pasó lo mismo. Mataron a nuestras madres juntas. Sin piedad alguna. Tan solo por el hecho de ser brujas. Que horror. Eso nos hace tener miedo, y por lo tanto tenemos que ir con mucho cuidado, nunca sabemos si vendrán a por nosotras. Salgo a fuera. Corro, a fuera hay el musen, justo delante de mi puerta, iba a llamar. Pero yo me adelante abriendo la puerta.

-       ¿Qué hace usted aquí, que quiere?
-       Nada.
-       ¿Y entonces?
Lo miré con una mira desafiante, sabia sus intenciones le leí la mente.
-       Nada simplemente, quería hablar.
-       ¿De qué?
-       No tienes bastante, en matar a mi madre. ¿Encima tienes que venir aquí?
-       No chilles.
-       Chillaré lo que me de la gana. Has matado a mi madre, desgraciado.
-       ¿Qué me has llamado?
-       Irás al infierno. Viejo cascarrabias. Ahora entra en casa. No quiero seguir montando el numerito aquí, no es lugar.

Tan solo quería entrar en casa, por qué allí tenía mucho más poder. El pueblo, estaba lleno de brujas, yo lo sabía, por lo cual, no me preocupaba para nada, hacer todo ese ruido a fuera. Pero quería tener más poder. Podía controlarle la mente, y hacer con él, lo que yo quisiera. Simplemente por eso.

-       A mi no me vuelvas a llamar cascarrabias, hija de bruja.
-       ¿O qué?

Le empecé a poner una presión muy fuerte en la cabeza. Sus manos estaban colocadas ahora en su cabeza. Y poco a poco, se iba retorciendo del dolor. Pronto llegaría al suelo. Así que paré.

-       ¿Eso lo has hecho tú, bruja?
-       No soy bruja. Lo demostré. Sobradamente.
-       Con tus poderes podías mentirles.
-       Según tú, pues, ¿qué clase de poderes tengo?
-       No lo sé pequeña bruja, pero pronto lo descubriré.
Le volví a provocar esa presión. Tan sólo quería que bajase los humos. Prepotencias conmigo, nunca.
-       Pequeña bruja. Vaya nombre me has buscado cascarrabias. El demonio se te llevará por matar a mi madre. Qué sepas que esto no va a quedar así, pienso ir a por ti, me has dejado sola, con mis hermanos. Ni si quiera trabajo, suerte que mi madre, fue previsora, y ya tiene pagada la casa. Y los alimentos los consigo gracias a mi tía. Desgraciado, ahora largo de mi casa.
-       Ni de broma.

Entonces, jugué con su mente. Eso era divertido, le podía hacer sufrir, si le iba a hacer sufrir, mucho. Le obligué a querer salir de mi casa. Así que se fue.
Dejé su cabeza una vez salió de casa. Cuando por fin se fue, y estuvo lejos, salí nuevamente. Pues aún tenía pensado, ir a ver a Pilar. Llegué a su casa. Llamé rápidamente.

-       ¿Quién es?
-       Un pequeño fantasma que te quiere mucho.
-       ¡Tonta!
-       Hola cariño. ¿Qué tal estás?
-       Muy bien, ¿y tu?
-       Voy haciendo. Tengo que hablar contigo.
-       Ah, claro, pasa.
-       De acuerdo.
-       Sube a la habitación. ¿De qué quieres hablar?
-       Bueno, no es bien, bien hablar, necesito un pequeño favor. Siéntate, y te cuento.
-       Vale… ¿Quieres algo?
-       No gracias.

Le expliqué toda la historia, todo lo que había encontrado. Y nos redirigimos nuevamente hacía mi casa, para ver el famoso libro. Así qué una vez, en casa, le pedí tan sensiblemente como pude que se pusiese en contacto con mi madre. No se negó, era lo suficientemente importante, como para no hacerlo. Así que raramente me hico caso sin refunfuñar. Aún no sabia como me iba enterar de todo lo que sucedía, no tenia suficiente poder, como para escuchar tanto rato. Por lo cual me tuve que conformar a qué acabasen toda esa conversación.

Mientras tanto en la cabeza de Pilar, estaba pasando toda esta complicada conversación.

-       Hola, Isabel.
-       Hola, Pilar.
-       Dime, ¿Qué pasa?
-       Bien, es sobre el libro que ha encontrado Carmen.
-       ¿Qué le pasa?
-       No entiende quién es Ana, y por qué se tendrá que proteger tanto.
-       Dile por el momento que será muy poderosa. Y que será especial.
-       Hazme un favor tú a mí, también, dile a mi madre que la echo de menos.
-       Ella también, Pilar, mucho.
-       Me alegra saber eso. Bueno, continuando, ¿en qué consiste el libro?
-       Tan solo, es una recopilación de nuestros mejores hechizos. Pero ninguno tendrá tanto poder como los que podrá hacer Ana, es especial. Tendrá más fuerza que ninguna de las brujas, asta ahora. Según dicen las más antiguas será la única. Ella no podrá saber eso. O sino…
-       ¿Qué?

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

¿Quieres comentar algo? Hazlo aquí.