1950.
Eso sí que era amor. Se
querían. Y no había nada que hacer. Lo mejor sería olvidarme de él. Al menos
por el instante. Sentía algo por mí, pero amor no era, eso él lo tenía claro,
mucho. Fui caminando hacía casa. No tenía ganas de hacer nada. Estaba triste.
De repente me volvió a la mente. Ese libro viejo que había encontrado. ¿En qué
consistía? Empecé a correr, apresuradamente. Tenía realmente curiosidad para
saber, en qué consistía, el libro. Y ¿Por qué lo había encontrado? Llegué a
casa. Me paro justo delante de la puerta. Busco las llaves. Abro la puerta.
Subo las escaleras. Solo vivo con mi hermano y mi hermana, mi madre murió hará
cosa de dos años. Condenada. La llamaban bruja, y por ese motivo la condenaron
a la hoguera. Esto me ayuda a estar aún más triste. Pero el libro que encontré
me motiva, mucho. Me dan ganas de querer saber más, mucho más, de entenderlo.
Así que subo las escaleras. Y justo delante de la mesa, me paró. Allí esta el
libro. De una cubierta, marrón oscuro. Viejo, sobretodo viejo. Tiene como una
cinta roja, que lo envuelve, es bonito. Pero parece muy delicado. Las hojas
tienen ya ese color amarillento. Por lo cual, eso indica aún más que es viejo.
Me gusta la olor que desprende. Es agradable. Es muy gordo. Y las escrituras son
todas escritas a pluma, y con una caligrafía casi perfecta. Me encanta. Me
propongo a leer la primera página. Hay un libro familiar hay muchos nombres.
Incluso el mío. ¿Qué es esto? Mi madre también está. Es curioso. Es nuestra
familia. ¿Cómo es posible? Yo tendré una hija. Y ella a dos más. Pero una de
ellas, esta remarcada muchas veces. Se llamará Ana. ¿Quién es Ana? ¿Por qué
está subrayada tantas veces? Parece algo importante. Leo abajo del todo. Hay
muchas frases, con diferentes
caligrafías, y todas dicen algo, sobre Ana. Algunas por ejemplo, son:
- Cuidado con Ana.
- Ana, es valiosa.
- Atención, cuidad a Ana.
- Vigiladla, corre peligro.
- Ana, será la única. Se ha de mantener con vida.
Basta. Ana será mi
nieta. Y todo esto dice que la tenemos que proteger, ¿por qué? Tengo que ir
rápidamente a casa de Pilar. Ella se pondrá en contacto con mi madre, podré
hablar con ella. Y preguntarle, sobre el libro, y también sobre Ana. Ahora
tenemos que ir con cuidado. En el pueblo, se han cabreado, y están matando a
todas las brujas. A mi me hicieron unas preguntas, para saber si era bruja, lo
supe disimular suficientemente bien, por qué no sospecharon. A Pilar, le pasó
lo mismo. Mataron a nuestras madres juntas. Sin piedad alguna. Tan solo por el
hecho de ser brujas. Que horror. Eso nos hace tener miedo, y por lo tanto
tenemos que ir con mucho cuidado, nunca sabemos si vendrán a por nosotras.
Salgo a fuera. Corro, a fuera hay el musen, justo delante de mi puerta, iba a
llamar. Pero yo me adelante abriendo la puerta.
- ¿Qué hace usted aquí, que quiere?
- Nada.
- ¿Y entonces?
Lo miré con una mira
desafiante, sabia sus intenciones le leí la mente.
- Nada simplemente, quería hablar.
- ¿De qué?
- No tienes bastante, en matar a mi madre. ¿Encima tienes
que venir aquí?
- No chilles.
- Chillaré lo que me de la gana. Has matado a mi madre,
desgraciado.
- ¿Qué me has llamado?
- Irás al infierno. Viejo cascarrabias. Ahora entra en
casa. No quiero seguir montando el numerito aquí, no es lugar.
Tan solo quería entrar
en casa, por qué allí tenía mucho más poder. El pueblo, estaba lleno de brujas,
yo lo sabía, por lo cual, no me preocupaba para nada, hacer todo ese ruido a
fuera. Pero quería tener más poder. Podía controlarle la mente, y hacer con él,
lo que yo quisiera. Simplemente por eso.
- A mi no me vuelvas a llamar cascarrabias, hija de bruja.
- ¿O qué?
Le empecé a poner una
presión muy fuerte en la cabeza. Sus manos estaban colocadas ahora en su
cabeza. Y poco a poco, se iba retorciendo del dolor. Pronto llegaría al suelo.
Así que paré.
- ¿Eso lo has hecho tú, bruja?
- No soy bruja. Lo demostré. Sobradamente.
- Con tus poderes podías mentirles.
- Según tú, pues, ¿qué clase de poderes tengo?
- No lo sé pequeña bruja, pero pronto lo descubriré.
Le volví a provocar esa
presión. Tan sólo quería que bajase los humos. Prepotencias conmigo, nunca.
- Pequeña bruja. Vaya nombre me has buscado cascarrabias.
El demonio se te llevará por matar a mi madre. Qué sepas que esto no va a
quedar así, pienso ir a por ti, me has dejado sola, con mis hermanos. Ni si
quiera trabajo, suerte que mi madre, fue previsora, y ya tiene pagada la casa.
Y los alimentos los consigo gracias a mi tía. Desgraciado, ahora largo de mi
casa.
- Ni de broma.
Entonces, jugué con su
mente. Eso era divertido, le podía hacer sufrir, si le iba a hacer sufrir,
mucho. Le obligué a querer salir de mi casa. Así que se fue.
Dejé su cabeza una vez
salió de casa. Cuando por fin se fue, y estuvo lejos, salí nuevamente. Pues aún
tenía pensado, ir a ver a Pilar. Llegué a su casa. Llamé rápidamente.
- ¿Quién es?
- Un pequeño fantasma que te quiere mucho.
- ¡Tonta!
- Hola cariño. ¿Qué tal estás?
- Muy bien, ¿y tu?
- Voy haciendo. Tengo que hablar contigo.
- Ah, claro, pasa.
- De acuerdo.
- Sube a la habitación. ¿De qué quieres hablar?
- Bueno, no es bien, bien hablar, necesito un pequeño
favor. Siéntate, y te cuento.
- Vale… ¿Quieres algo?
- No gracias.
Le expliqué toda la
historia, todo lo que había encontrado. Y nos redirigimos nuevamente hacía mi
casa, para ver el famoso libro. Así qué una vez, en casa, le pedí tan
sensiblemente como pude que se pusiese en contacto con mi madre. No se negó,
era lo suficientemente importante, como para no hacerlo. Así que raramente me
hico caso sin refunfuñar. Aún no sabia como me iba enterar de todo lo que
sucedía, no tenia suficiente poder, como para escuchar tanto rato. Por lo cual
me tuve que conformar a qué acabasen toda esa conversación.
Mientras tanto en la
cabeza de Pilar, estaba pasando toda esta complicada conversación.
- Hola, Isabel.
- Hola, Pilar.
- Dime, ¿Qué pasa?
- Bien, es sobre el libro que ha encontrado Carmen.
- ¿Qué le pasa?
- No entiende quién es Ana, y por qué se tendrá que
proteger tanto.
- Dile por el momento que será muy poderosa. Y que será
especial.
- Hazme un favor tú a mí, también, dile a mi madre que la
echo de menos.
- Ella también, Pilar, mucho.
- Me alegra saber eso. Bueno, continuando, ¿en qué consiste
el libro?
- Tan solo, es una recopilación de nuestros mejores
hechizos. Pero ninguno tendrá tanto poder como los que podrá hacer Ana, es
especial. Tendrá más fuerza que ninguna de las brujas, asta ahora. Según dicen
las más antiguas será la única. Ella no podrá saber eso. O sino…
- ¿Qué?